martes, 11 de marzo de 2008

analisis de un plano de salamanca


Se aborda, con un esfuerzo de síntesis, la evolución urbana de la ciudad de Salamanca en el siglo XX. Se reconstruye, por primera vez en la historia del crecimiento urbano de Salamanca, el proceso completo de todo el siglo XX, empleando perspectivas disciplinares distintas pero complementarias (historia urbana, historia social, economía, Derecho, urbanística, urbanismo, Demografía, Geografía Urbana, arquitectura, etc.).
Al comenzar el siglo XX Salamanca arrastra las inercias decimonónicas que tienden a actuar sobre una ciudad, aplicando las ideas de otros, las maneras usadas en la corte o en ciudades más desarrolladas, con el dinero de los empresarios locales y una efectividad de proporciones insignificantes.

Los precedentes de una nueva forma de hacer urbanismo y planificación urbana

El periodo precedente, que termina con el comienenzo del proceso de elaboración del Plan General Comarcal,en el año 1980.El Plan General abordaba el retoque, acabado y mejora de los intersticios desordenados que existían y que afectaban a la recomendable permeabilidad entre sectores de suelo urbano. Esta segunda labor, más de detalle y en algunos casos quirúrgica, ha permitido corregir desequilibrios y favorecer un tránsito en la comunicación urbana, más adecuado, acorde con las necesidades planteadas, redundando en la mejora de la calidad y el diseño urbano finales.Se trataba de recuperar parte de los principios defendidos por la técnica urbanística tan española pero en esta ocasión no para hacer crecer sino para retocar con el nivel de precisión que permiten los PERI y los Estudios de Detalle). El Plan General de 1984 ha sabido dejar atrás las falsas utopías y las pesadas inercias que venían acompañando a la ciudad. Su obligado plegamiento a los límites estrictamente municipales, y la ingenuidad de algunos de sus principios, que impidieron anticipar el hecho irrefutable de que el proceso urbano que se generaría con él después, terminaría dejándose arrastrar por la picaresca y el control exhaustivo de los agentes inmobiliarios y las decisiones políticas, lo hicieron envejecer un tanto y volverse un instrumento más rígido y desprotegido de lo previsto en un principio).El Plan General de 1984 ha sabido dejar atrás las falsas utopías y las pesadas inercias que venían acompañando a la ciudad. Su obligado plegamiento a los límites estrictamente municipales, y la ingenuidad de algunos de sus principios, que impidieron anticipar el hecho irrefutable de que el proceso urbano que se generaría con él después, terminaría dejándose arrastrar por la picaresca y el control exhaustivo de los agentes inmobiliarios y las decisiones políticas, lo hicieron envejecer un tanto y volverse un instrumento más rígido y desprotegido de lo previsto en un principio.El objetivo básico con el que se partía era conseguir la permanencia de los habitantes autóctonos. Se ha logrado, aunque no con la proporción y características anticipadas.
Vivir hoy en el Barrio Antiguo de Salamanca es un lujo al alcance de pocos. De las 3.000 pesetas por metro cuadrado de principios de los años ochenta hemos pasado a la situación actual que supera con creces las 200.000. El dinero público ha servido para facilitar a los constructores y agentes de la actividad comercial la mejora general de las infraestructuras que necesitaba el barrio (saneamiento, accesos, mobiliario) para que ellos accedieran a promover viviendas. Otros fallos en la asignación de densidades, unidos a la picaresca en la interpretación dudosa de unas Normas que se concibieron flexibles solo para que sirvieran de acicate a la inversión, han modificando definitivamente las posibilidades originales otorgadas al barrio para la pervivencia de su habitantes autóctonos.
Pero esto es lo que señala la teoría. La práctica en la que ahora nos encontramos, en el momento de redactar estas líneas, en que al unísono se elaboran los documentos de las Sub-directrices para Salamanca, indica cierto interés apresurado de los municipios limítrofes por superar las Normas Subsidiarias por las que se regían hasta ahora -en algunos casos venían ya muy modificadas-, y redactar Planes Generales. Es una reacción que pretende aprovechar un factor esencial: el artículo 36 de la Ley de Urbanismo de Castilla y León Sostenibilidad y protección del medio ambiente, determina en su punto 1c que: «En los sectores de suelo urbano no consolidado y suelo urbanizable, el planeamiento no podrá contener determinaciones de las que resulte una densidad superior a 50 viviendas ó 7.500 metros cuadrados por hectárea, en los municipios con población inferior a 20.000 habitantes que cuenten con un Plan General», 20 viviendas más permitidas que en aquellos sin dicha figura de planeamiento redactada. Este es un factor primordial: reconvertir las Normas en Plan General para ganar en edificabilidad. Actualmente Carbajosa de la Sagrada, Santa Marta de Tormes, Villamayor y Cabrerizos municipios todos colindantes a la ciudad, disponen de Planes Generales en distintas fases de ejecución o aprobación